Por. Laura ANDINO
Nivel Global.
La participación del gas en la matriz energética a nivel global es de un 24%, siendo la tendencia a mantenerse estable en los países del G7, pero con un aumento más pronunciado en los países del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que representan al 41,44 % de la población mundial.
La expectativa de crecimiento la marcan los BRICS con una ponderación del 13,6% donde Brasil incremento su consumo en 2021 en un 22,7%.
En cuanto al comercio de Gas Natural Licuado (GNL) para su transporte el mismo a nivel mundial se incrementó en un 4,5% en 2021, tendencia sostenida desde 2017 ya que para el periodo 2017-2021 el incremento es del 29%, previéndose una construcción de plantas que para el año 2026 habrá aumentado la capacidad de licuefacción entre un 20 a 30 %.
Entre las regiones importadoras de GNL en 2021, sólo Asia y América Latina aumentaron sus importaciones anuales correspondiendo las mayores cantidades a China y Brasil respectivamente.
Nivel Nacional.
El gas ocupa el 55% de la matriz energética nacional siendo la tendencia a incrementarse habida cuenta del desarrollo del yacimiento Vaca Muerta y el potencial que se presume en los yacimientos off shore ubicados frente a la ciudad de Mar del Plata.
Nuestro país no posee plantas de licuefacción de gas (GNL) pero se encuentran en marcha los proyectos de YPF-PETRONAS y TGS-EXCELERATE ENERGY.
Conclusión: la perspectiva es que a nivel global se incremente el consumo del gas natural y el comercio del mismo en la forma de GNL fundamentalmente no por el consumo de los países integrantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) sino por los países integrantes del BRICS, -principalmente China e India por la sustitución del carbón-, previéndose un incremento del 15% para el año 2030.
Mi perspectiva interna.
Argentina hoy se encuentra priorizando el gas natural mediante la construcción del Gasoducto Troncal Presidente Néstor Kirchner con la perspectiva cierta que el mismo no solo reforzará la provisión de gas en los ramales existentes, sino que también permitirá incorporar nuevos ramales e incrementar la exportación a Brasil y a Chile.
Esto presupone una importante disponibilidad de gas y por ende un costo relativamente acomodado del mismo para el mercado interno y una enorme capacidad exportadora con el consecuente ingreso de divisas.
En cuanto a lo económico, y para dar una idea de la magnitud que abre el vector de la exportación del gas, tenemos que la previsión actual es de una exportación anual de u$s 27.000 millones, lo cual adquiere una trascendencia económica para nuestro país comparable con las exportaciones agropecuarias.
Aquí distingo dos modos de exportación, mediante gasoductos a los países limítrofes y en forma de GNL mediante buques metaneros.
En el primero de los casos, gasoductos, destaco las negociaciones de nuestro país con Brasil para avanzar en la construcción del gasoducto que permita la exportación y, en particular de las alternativas de financiamiento, donde existe la posibilidad que se realice a través de los proveedores de insumos brasileños con la garantía argentina sobre de la producción del gas.
En segundo lugar, y respecto de la exportación como GNL, entiendo que hoy debemos aprovechar las dos ventajas comparativas que posee Argentina respecto de los demás países.
Estas son por un lado la gran cantidad de recursos de gas, -una fuente de energía limpia y barata-, y por otro que es el octavo país del mundo en extensión con una muy baja población por km2 y tierras que son lo suficientemente fértiles para la vida vegetal.
Esta última situación que nos permitiría la absorción, -por medio de “Sistemas Basados en la Naturaleza”-, de la totalidad de las emisiones de CO2 generadas en nuestro país y las emisiones correspondientes al combustible gas producido en Argentina y exportado como GNL.
A modo de ejemplo, en España se ha registrado en septiembre del año pasado una experiencia en este sentido cuando Naturgy completó la primera entrega de un cargamento GNL neutro en carbono mediante la compensación de los denominados “créditos de carbono”.
Operación que equivale a la neutralización de 15.300 vehículos en ámbito urbano durante un año según el proveedor Naturgy, entrega realizada mediante el buque Castillo de Mérida cuya capacidad es de 178.800 metros cúbicos.
Para ser concretos un auto con motor a combustible fósil de tamaño mediano emite de media unos 143 gramos de CO2 por kilómetro, considerando que recorre 20.000 km/año tendremos una emisión de 2.860.000 g de CO2.
Un árbol absorbe aproximadamente entre 10kg y 30 Kg de CO2 al año adoptamos como valor medio 20 Kg CO2 / año o bien, 20.000 g CO2 / año.
Entonces, para tener un efecto neutro necesitamos 143 árboles por vehículo que circula.
El parque mundial de vehículos de gas natural es de 26.455.793 de unidades, donde la región Asia-Pacífico tiene 18,5 millones, Latinoamérica 5,6 millones, Europa 1,8 millones; siendo China el país con el mayor (10 millones) seguido por Irán (4 millones), Pakistán e India, (3 millones cada uno) y en Argentina existen 1.724.879 vehículos a GNC.
Veamos entonces la posibilidad de ubicar una cantidad significativa de árboles, y para ello propongo hacerlo en la red de vialidad nacional (40.198 km)[i] y las redes de las vialidades provinciales (198.791 Km), ya que plantando los árboles a un costado del camino obtendremos varias ventajas.
A saber:
· una equitativa distribución geográfica del recurso,
· podremos realizar una composición paisajística de las rutas dando un confort de circulación al tránsito y finalmente
· tanto en la implantación como en el mantenimiento daremos trabajo a la mano de obra local próxima al camino.
Tomando un perfil tipo como el siguiente:
Si consideramos los kilómetros que resultan de la suma de las redes anteriores, 238.989 km, de los cuales pueden ser aptos para plantación 100.000 Km de los mismos (el 41,84%), plantando a ambos lados del camino en la zona que tiene menor interferencia con el tránsito como es la zona del contratalud con una implantación a una distancia de 1m cada árbol, resultará la cantidad de 200.000.000 árboles, capacidad que puede llegar perfectamente a los 7 árboles por metro de camino.
Esto nos permitiría alcanzar los 1.400.000.000 de árboles que neutralizarían a razón de los 143 árboles por vehículo unos 9.790.209 vehículos que equivalen a casi 640 buques metaneros por año del porte del buque Catillo de Mérida.
Para tener una dimensión de mi propuesta, existen en el mundo 147 puertos metaneros que en el semestre enero a julio 2022 cargaron 104 buques superando su récord del año anterior de 86 unidades.
Todo lo anterior sin considerar las superficies de distribuidores y aquellas secciones que tiene anchos generosos en la zona de camino que superan holgadamente los 7 metros de contratalud necesarios para plantar los 7 árboles por metro que propongo y que permitirían aumentar la densidad plantada.
Complementariamente también los avances de la técnica nos ayudan mediante el método de forestación de Miyawaki que permite crear bosques nativos que normalmente tardarían 100 años, en apenas 10 años.
Técnica que permitirá acompañar los plazos de construcción de los proyectos de plantas licuefacción de las empresas YPF-PETRONAS y Transportadora Gas del Sur (TGS) y Excelerate Energy, que en el primero de los casos se prevé de 10 años y con una capacidad exportadora de 460 barcos anuales.
Una parte de las herramientas necesarias para realizar lo anterior están disponibles mediante el Plan Nacional de Forestación (1997) preveía la siembra de 100 millones de árboles destinados a cuidar la calidad ambiental y proteger los recursos naturales, y esto no solo es necesario que se cumpla, sino que se incremente según mi propuesta de intervenir en las rutas.
El programa de sustentabilidad de exportación de GNL debería ser llevado adelante por las empresas exportadoras quienes podrían financiar el mismo mediante la emisión de bonos verdes (Resolución General CNV N° 788/2019), los que además podrían obtener el respaldo de los organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, documento de financiamiento de la CEPAL).
El planteo que realizo además de mantener la neutralidad de carbono de nuestra venta futura de GNL (460 barcos), podría hacerse cargo de la neutralidad del resto de los buques metaneros que hoy operan ya que, si consideramos 104 por semestre, 208 por año, cubriríamos aproximadamente con nuestro equivalente de 640 unidades.
En definitiva, y a grandes trazos, he tratado de generar para la exportación del GNL una solución ambiental, económica, basada en la naturaleza, simple en su diseño y de fácil concreción.
Solo restaría que una vez sancionado el proyecto de LEY DE PROMOCIÓN DEL GAS NATURAL LICUADO, incorporar en la reglamentación esta -u otra solución de naturaleza ambiental- considerándola una “actividad asociada” en función de la previsión del art 2 inc. f).
Parafraseando a Julio Cesar al cruzar del río Rubicón “alea jacta est”, la suerte está echada.
Laura ANDINO. Contadora (UBA), Licenciada en Administración (UBA) y Abogada (UBA). Posgrado en Compliance Officer con portabilidad Internacional (UCEMA), Máster en Derecho (UdeSA), Especialización en Análisis del Lugar del Hecho (IUPFA), Diplomada en Justicia Restaurativa (UNMdP), Diplomada en Producción de Litio (UA), Especialista Universitaria en Movilidad Sustentable (UTN). Máster en Desarrollo Energético Sustentable (ITBA).